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La nariz del gato es uno de sus principales sentidos para percibir el medio ambiente en sus actividades. El sistema olfativo de un gato es muy eficiente a la hora de detectar posibles depredadores, la calidad del alimento y parejas potenciales. Además, la nariz es la principal entrada de aire durante la respiración.
Típicamente, la nariz de un gato es muy similar en forma y función a la de la mayoría de los felinos y otros mamíferos. Los gatos son mamíferos carnívoros de la familia Felidae y su olfato llega a ser más poderoso que el de los humanos, ya que presentan una mayor densidad de células olfativas y un arreglo más eficiente de las mismas en la cavidad nasal. Por naturaleza, los gatos son muy curiosos y se valen de su poderosa nariz para evaluar todo aquello que les causa curiosidad.
El olfato es un sentido muy importante en estos animales, puesto que, mediante este sentido, pueden detectar fuentes de alimento y los lugares donde otros gatos dejan sus marcas de olor en un territorio determinado. Además, es muy valioso a la hora de ubicar a hembras que están en período de cría.
El sentido del olfato de los gatos también se ve apoyado por un órgano especial ubicado sobre el paladar, conocido como órgano vomeronasal o más comúnmente como órgano de Jacobson. Este les permite a los gatos saborear partículas del aire, a través del sentido del olfato, en vez del sentido del gusto.
La nariz de un gato sano siempre se mantiene húmeda y fría, por lo que cualquier apariencia distinta a esta es un indicativo de que tiene alguna afección. El color de la nariz del gato suele ser variable con el estado de ánimo y con la edad del mismo, siendo de color más intenso durante la juventud o cuando el gato está en actividad.
Anatomía fisiología
La nariz del gato posee aproximadamente entre 60 y 70 millones de células olfativas. Por lo cual los gatos son muy precavidos y selectivos durante la selección de alimentos y la escogencia de aquellos que son más nutritivos. La nariz del gato está constituida por dos elementos principales. La primera porción es cartilaginosa y representa la parte rostral de la nariz, la segunda parte está constituida por huesos craneales.
La región externa de la nariz del gato tiene una forma triangular, de textura rugosa y similar a una almohadilla en la que se disponen las fosas u orificios nasales. Esta porción es denominada trufa y, generalmente, es de color rosado o pardo rojizo. Sin embargo, en algunas razas puede tener un color negro o pardo oscuro. Internamente, la cavidad nasal está dividida en dos porciones, por un tabique óseo conformado por varios huesos del cráneo.
Cada abertura consta de un tejido o epitelio, constituido por múltiples células olfatorias que se encargan de procesar los compuestos volátiles que se encuentran en el aire cuando respiran. El epitelio olfativo transmite la información obtenida a través del aire, que genera señales eléctricas que se desplazan a través de los lóbulos olfatorios del encéfalo donde se procesa la información.
También existen muchas glándulas que producen una mucosidad, la cual se encarga de retener partículas que pueden resultar perjudiciales en el sistema respiratorio del gato. Estas secreciones son tragadas, ya que la cavidad nasal tiene comunicación con la garganta. El aspecto de la nariz suele ser variable según las diferentes razas. Existen razas que tienen una nariz con apariencia achatada o aplanada y casi al mismo nivel de los ojos, mientras que otras variedades de gatos tienen una nariz más larga, recta y delgada.
Función de la nariz
Aunque los felinos son más bien reconocidos por poseer una visión y oídos muy agudos, la nariz del gato también es poderosa y esencial dentro del sistema de comunicación de estos animales. En actividades como el marcaje con orina y con las secreciones de glándulas cutáneas accesorias que poseen en las mejillas, barbilla y otras áreas del cuerpo, los gatos siempre hacen uso de su nariz.
El olfato está relativamente desarrollado desde que los felinos nacen, de esta manera pueden localizar a la madre y las glándulas mamarias para alimentarse. En la medida en que los pequeños gatitos crecen, su olfato se va desarrollando hasta alcanzar su total maduración.
Problemas en la nariz del gato
Los gatos generalmente son animales muy resistentes. Sin embargo, en ocasiones, podemos observar que están enfermos o padecen de alguna dolencia a través de señales que se evidencian en la nariz del gato. También, es posible detectar algunos problemas con la nariz del gato, cuando estos dejan de alimentarse de manera apropiada. Esto se relaciona a que no son capaces de inspeccionar los alimentos por las patologías que les impiden reconocer olores de manera efectiva.
Con tratamiento médico, los mininos que han perdido el apetito suelen recuperarlo por completo tras el transcurso de una semana. De igual forma también suelen recuperar la apariencia normal de la nariz, siendo fría y sin humedad excesiva. En muchas ocasiones, los cambios bruscos de temperatura, el exceso de humedad, producción abundante de mucosidad y lesiones repentinas de nariz del gato pueden afectar su salud.
Una de los problemas más comunes que se presentan con la nariz de los gatos, es que pueden presentar una nariz seca. La sequedad de la nariz, repetitiva o sostenida, suele estar asociada con la deshidratación, fiebre y la presencia de infecciones, bien sean de causa viral, bacteriana o por la infección de algún hongo.
Secreciones frecuentes
Por otro lado, también puede ocurrir que a través de la nariz del gato se segregue frecuentemente mucosidad, lo cual no ocurre en mininos sanos. La mucosidad puede ser frecuente cuando los gatos viven en ambientes muy fríos o en lugares donde la temperatura es muy alta. En estos casos dicha mucosidad es de color transparente y muy fluida. A pesar de esto, es posible que las secreciones se vuelvan lechosas o amarillentas, lo cual indica que el gato puede tener una infección respiratoria y se debe acudir al veterinario para que sea evaluado.
En otros casos, la nariz del gato puede presentar heridas de importancia debido a enfrentamientos por territorio o por competencia por pareja. Estas heridas sobre la región externa de la nariz suelen inflamarse y provocar limitaciones en la capacidad olfativa del minino. Otras posibles enfermedades que puedes ocasionar síntomas en la nariz del gato, es la presencia de pólipos nasofaríngeos, patologías como la rinitis y estenosis, masas tumorales y la presencia de cuerpos extraños dentro de las fosas nasales, incluidos varios tipos de parasitosis.
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