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Uña de los gatos, características y funciones

Cuadro descriptivo sobre la uña de los gatos

Los gatos son animales domesticados desde hace muchos siglos; sin embargo, conservan un conjunto de características asociadas a la vida silvestre de sus antepasados. La uña de los gatos es uno de estos aspectos, pues las funciones de esta estructura se relaciona con el hábito cazador de los felinos.

De la misma manera que en los perros, las patas de los gatos se encuentran cubiertas por almohadillas que les proporcionan soporte, amortiguación y tracción en las superficies. Por otro lado, cuentan con garras especializadas y más complejas que en el caso de los perros domésticos. En general, la uña de los gatos es similar en estructura y función que la de otros felinos, con una forma curva y un extremo afilado que les permite aferrarse a sus presas y desgarrar su piel.

Las garras de los gatos son queratinizadas, al igual que las uñas de todos los mamíferos. Esta cuenta con capas de crecimiento que necesitan ser retiradas en un determinado momento. Es por ello que es común ver a los mininos arañar o amasar algunas superficies como muebles, cortinas o sobre un rascador que haya sido proporcionado para dicha actividad. Al igual que otros aspectos de estos animales, las uñas requieren de atención y cuidados para prevenir situaciones o condiciones desfavorables de salud.

Característica de la uña de los gatos

Una de las características más importantes de la uña de los gatos, es que se trata de una estructura retráctil. De esta manera, a diferencia de otros animales, las uñas se mantienen “guardadas” al momento de andar, confiriéndoles mayor agilidad y sigilo cuando acechan a sus presas.

La uña de los gatos es una estructura de queratina que se forma a partir de la falange distal, tanto en las patas delanteras como en las traseras. De esta manera, la uña crece “envolviendo” dicha falange o dedo, sobre el lecho ungueal o sabugo, que es el lugar donde se adhiere la placa de las uñas. En casi todos los felinos, incluidos los gatos, hay cinco dedos con uñas o garras en las patas delanteras y cuatro en las extremidades posteriores.

Algunos mininos domésticos desarrollan una mutación conocida como polidactilia, en la que se desarrollan más dedos en cualquiera de las patas, los cuales suelen contar con garras bien formadas. Sobre las patas delanteras, solo 4 dedos sirven como superficie para andar. El quinto dedo, que representa el pulgar en los humanos, cuenta con una uña conocida como espolón, empleada para aferrarse a las superficies y trepar o para sujetar mejor a sus presas. La uña de los gatos crece de manera permanente durante toda su vida. La tasa de crecimiento es de aproximadamente 2,4 milímetros en las patas delanteras por cada 21 días, mientras que las traseras tienen un menor crecimiento, con una tasa de 1,7 milímetros cada 21 días.

Uñas retráctiles

Aunque la uña de los gatos se conoce por ser retráctil, esta capacidad no es absoluta. Es decir, las garras no se mantienen completamente resguardadas dentro de los dedos o en alguna estructura especial, sino que se levantan del suelo. De esta manera, las uñas reposan sobre los dedos y se encuentran cubiertas del pelaje y, cuando el gato las quiere emplear, contrae algunos músculos que les permite extender y dirigir las garras hacia afuera y abajo.

Este mecanismo se relaciona directamente con la forma de las falanges medias y las distales, así como a los componentes musculares y ligamentos que conforman el complejo flexor y de retracción en las garras. Los ligamentos elásticos de la región dorsal en las extremidades son los encargados de mantener la retracción de las garras. Así, se proporciona la resistencia requerida para que la uña de los gatos se mantenga resguardada aunque se flexionen las articulaciones digitales. Asimismo, la emergencia de las garras ocurre cuando se contraen los músculos flexores y extensores que se ubican en el antebrazo.

La protrusión y retracción de las uñas ha mantenido el mismo mecanismo en la mayoría de los felinos. En estos mamíferos, la captura de las presas depende en gran medida del empleo de sus extremidades anteriores. La estrategia de retracción no solo les permite a los gatos y otros felinos poder caminar sigilosamente, sin que estas choquen con el piso y produzcan ruido; sino que además, al no estar en contacto constante con ninguna superficie, pueden mantener su filo.

Función

En otros animales carnívoros, como los cánidos (lobos y perros) y úrsidos (osos), las uñas tienen una importante función en la locomoción, además de usarse para desgarrar superficies. En los felinos, estas estructuras no se involucran tanto en la marcha, pues su principal función se relaciona con las actividades de caza.

La uña de los gatos presenta diferencias en cuanto a la forma y la función, en las patas delanteras y las traseras. En el caso de las garras delanteras, cumplen un papel fundamental al ser el primer contacto de estos animales con sus presas. Es por ello que su curvatura es mucho más pronunciada que las de los dedos de las patas traseras. Además, estas crecen con mayor rapidez y mantienen mayor filo, al tener menos contacto con las superficies. Además de la caza, las garras delanteras se emplean para aferrarse a las superficies al momento de trepar, además de usarse para cavar en su caja de arena o durante el marcaje del territorio.

Por su parte, las uñas de las patas traseras suelen crecer a una menor tasa, además de que estas son empleadas para generar un impulso de aceleración al momento de emprender una carrera. Debido a esto, la uña de los gatos, en las extremidades posteriores, suelen ser menos afilada y necesitan cortarse con menos frecuencia.

Cuidados

La mayoría de expertos en salud de animales y cuidado de las mascotas, sugieren recortar la uña de los gatos con cierta frecuencia. Estas suelen ser más fáciles de recortar que en los perros, pues presentan un menor tamaño y grosor. El recorte de las garras debe realizarse siempre por delante del lecho ungueal o sabugo, que es la región que se ve más oscura, con tonalidad rosada o roja en la uña.

Esta región representa la última falange, es decir, parte de los dedos de las patas, donde se encuentran los vasos sanguíneos y el sitio de producción de la uña. Recortar el sabugo puede generar dolores e incomodidades en los gatos, además de sangrados e infecciones que pueden empeorar si no se les suministran los cuidados adecuados.

El área que se puede recortar es la que tiene una apariencia blanquecina y traslúcida en el extremo distal. El recorte debe seguir el ángulo de crecimiento de la uña. La frecuencia del corte varía de acuerdo a varios factores, como el nivel de actividad del animal y la tasa de crecimiento. En general, se aconseja recortar las uñas una vez cada 10 a 15 días.

Desungulación

La desungulación es una práctica controversial que implica la extirpación del lecho ungueal en la pata delantera de los gatos. Esta suele realizarse durante los primeros 6 meses de vida y consiste en la amputación de la última falange, que es la región donde se origina la uña de los gatos. La mayoría de asociaciones de protección y derecho de animales, así como profesionales en veterinaria, indican que es una práctica innecesaria que podría generar consecuencias desfavorables en la vida y desarrollo de estos felinos.

Es probable que al carecer de estas estructuras, los gatos sean más propensos a sufrir lesiones que les generen dolor continuo, además de interferir con algunas de sus actividades como trepar, jugar, cazar o defenderse. En su lugar, lo más aconsejable es proporcionar cuidados como cortes regulares y superficies para rasgar.

Problemas relacionados con la uña de los gatos

La uña de los gatos, como cualquier estructura, puede verse afectada por trastornos o problemas de salud. Entre los problemas más comunes se encuentran las distrofias e infecciones que involucran el lecho ungueal. Asimismo, unas garras que se ven poco saludables pueden estar asociadas con enfermedades sistémicas y estados de desnutrición.

Algunas de las señales de problemas en la uña de los gatos implican que el gato cojee, se lama de manera excesiva, deje de rascarse o usar su rascador, que se queje de dolor, entre otros. Otras señales físicas incluyen un cambio repentino de color en las uñas, crecimiento deforme, grietas e hinchazón de los dedos.

Entre las complicaciones más comunes asociadas a las uñas se encuentran el astillamiento o ruptura del sabugo, que dejan expuestos los vasos sanguíneos y nervios, causando mucho dolor. El enconamiento de las uñas u onicocriptosis también puede presentarse en los gatos, cuando la uña crece hacia el dedo del pie en vez de hacia el exterior.

La onicomicosis puede presentarse en la uña de los gatos. Esta se refiere a la infección por hongos que causa crecimiento anormal, apariencia amarillenta, engrosamiento o debilitamiento de la uña, entre otros. Además, muchos hongos como Sporothrix schenckii pueden infectar la región subcutánea, y es transmisible a los seres humanos. Es por ello que el cuidado de la uña de los gatos resulta de gran importancia, como una forma de prevenir distintos problemas que puedan afectar incluso a sus criadores o demás miembros de la familia.

Referencias

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