Libélulas (anisópteros), unos insectos primitivos

Libélulas, anisópteros
Libélulas, anisópteros

Clasificación de los anisópteros

Las libélulas son de los primeros insectos alados en evolucionar hace unos 300 millones de años.

Existen alrededor de 5000 especies conocidas, pertenecientes al orden Odonata, que a su vez se compone de tres grupos: Anisoptera, al cual pertenecen las libélulas y cuyo nombre deriva de los términos griegos “aniso” que significa desigual y “ptera” que significa ala, por lo que las libélulas serán insectos con alas desiguales. El otro grupo es el Zygoptera, al cual pertenecen los comúnmente llamados caballitos del diablo y Anisozygoptera, grupo donde se incluyen principalmente a los odonatos extintos y solo a dos especies vivas reportadas.

Biología de la libélula

Los anisópteros son insectos de distribución mundial, que suelen habitar ambientes cercanos a cuerpos de agua dulce (como lagos, pantanos y riachuelos), ya que su etapa larvaria es acuática.

Se trata de organismos que juegan un importante papel en la cadena trófica, ya que pueden ser presa de varios depredadores en todo el mundo, entre los cuales se incluye a las aves, peces, reptiles y anfibios.

Las libélulas modernas poseen una envergadura de 5 a 12 cm, aunque se han encontrado fósiles con envergaduras de hasta 30 cm. Sus cuerpos presentan una variedad de tonos que van desde el metálico hasta el pastel.

Presentan sexos separados. Cuando el macho y la hembra se aparean exhiben ciertos comportamientos, en los cuales se incluyen vuelos, donde el macho sujeta a la hembra por la cabeza usando unos ganchos que tiene en su abdomen. Esta postura facilitará la transferencia del esperma hacia el aparato reproductor de la hembra.

Algunas especies de anisópteros ponen sus huevos directamente dentro o fuera del agua, otras los adhieren en el tejido de plantas acuáticas o en sustratos que se encuentran dentro o en la superficie del agua.

De los huevos se libera una larva o ninfa, que puede permanecer en el agua de dos a 5 años, durante los cuales se alimentará de renacuajos, mosquitos, peces y otras larvas de insectos. A medida que la larva crece, lleva a cabo varios procesos de muda (de 6 a 15) y aparecen los primeros vestigios de alas. Al final de esta etapa, la larva abandona el hábitat acuático, se desprende de su exoesqueleto y emerge de él como un insecto adulto, con dos pares de alas, que irán endureciéndose y adoptando cierta rigidez en los próximos días.

Los adultos al igual que las larvas son carnívoros, y se alimentan exclusivamente de invertebrados más pequeños. A diferencia de algunos insectos como mariposas y escarabajos, las libélulas no pasan por estado de pupa antes de convertirse en adultos, razón por la cual se dice que tienen un desarrollo incompleto o hemimetábolo.

Las libélulas resultan ser ágiles voladores, de manera que pueden atrapar a sus presas o incluso aparearse mientras vuelan. Algunas viven tan solo un par de semanas, mientras que otras pueden llegar a vivir hasta 1 año.

Tienen un extraordinario aparato visual, que le confiere un campo de visión de 360 grados, el cual les permite abarcar casi todos los ángulos.

Se ha documentado que pueden llegar a reunirse cientos de especies diferentes, formando grupos conocidos como enjambres, cuyo propósito parece estar asociado a la búsqueda de una fuente de alimento común o a un comportamiento migratorio.

Anatomía de las libélulas

Como todo insecto, las libélulas presentan 3 segmentos principales del cuerpo: cabeza, tórax y abdomen. Los ojos ocupan la mayor parte de la cabeza, la cual es similar a una capsula resistente y redonda. El tórax es aproximadamente 2 o 3 veces el tamaño de la cabeza y presenta 2 pares de alas y 3 pares de patas unidas a él. El tórax viene siendo el centro de la locomoción, ya que controla el movimiento de la cabeza, alas y patas. El abdomen, largo y delgado consta de 10 segmentos y apéndices anales, los cuales usan durante el apareamiento.

A diferencia de otros insectos no usan las patas para caminar, sino para sujetarse de las plantas cuando están en reposo, para atrapar a sus presas o para agarrar a su pareja durante la cópula.

Las libélulas se caracterizan por presentar alas estrechas, transparentes y membranosas. Un rasgo que las distingue de otro grupo similar, conocido como caballito del diablo, es que las alas delanteras y traseras tienen formas y tamaños diferentes, siendo las traseras más grandes que las delanteras. Las alas funcionan de manera independiente, lo que les permite flotar, maniobrar y cambiar de dirección mientras vuelan. Además no tienen la capacidad de plegarse, quedando extendidas horizontalmente mientras el insecto reposa.

Los ojos de una libélula están conformados por aproximadamente 28000 lentes individuales, llamados omatidios, los cuales le permiten detectar colores, objetos en movimiento, así como luz ultravioleta y polarizada. De igual manera llama la atención su tamaño desproporcionado con respecto a la cabeza y el cuerpo.

La boca de los anisópteros esta conformada por un labio inferior y un labio superior o labrum, que en conjunto ayudan a capturar y asegurar la presa. Además poseen mandíbulas que le permiten masticar el alimento.

Las libélulas presentan un par de antenas cortas y erizadas, que parecen jugar un importante papel al momento de evaluar la dirección y la velocidad del viento.

La etapa larvaria no presenta alas pero posee ojos grandes como los adultos. Además, los anisópteros lucen una estructura (llamada máscara), conformada por un par de piezas bucales, las cuales le permiten capturar a sus presas.

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