Índice de este artículo
- 1 Importancia de los corales a nivel turístico, recreativo, alimentario y cultural
- 2 Relevancia ecológica de los corales
- 3 Los corales como protectores de las regiones costeras
- 4 Importancia de los corales desde el punto de vista terapéutico
- 5 Algunos peligros que corren los corales
- 6 Autores consultados
Los corales son animales de tipo invertebrados incluidos en el Phyllum Cnidaria, en el grupo de los antozoos, son marinos, con múltiples colores, morfologías, con capacidad de colonizar diversos sustratos y de ocupar hábitats diferentes, poseen gran relevancia a nivel mundial no solo para el ser humano, sino también desde el punto de vista ecológico. Las siguientes líneas destacan la importancia de los corales en diferentes aspectos: a nivel turístico, recreativo, alimentario, cultural, ecológico y terapéutico, además de describir su rol protector en las regiones costeras.
Importancia de los corales a nivel turístico, recreativo, alimentario y cultural
La importancia de los corales para el ser humano es múltiple, ya que estos invertebrados representan con sus variedades morfológicas y de coloraciones, ecosistemas con gran belleza, por lo que constituyen en los hábitats que se ubican, lugares ideales para el turismo, la recreación y el deporte como el buceo. Además que representan una fuente de alimento y sustento para muchas personas en el mundo, al albergar numerosas especies de peces y moluscos comestibles por el hombre. Todo ello conlleva a estos cnidarios a tener un gran valor económico a nivel mundial.
Los corales también poseen relevancia a nivel cultural para algunas civilizaciones, como por ejemplo en las Islas Fiji, de Oceanía, donde son adorados y considerados esenciales para el mantenimiento de la vida.
Relevancia ecológica de los corales
Desde el punto de vista ecológico, los corales también poseen un rol destacado para el equilibrio de los ecosistemas donde se encuentran, y es que estos ejemplares sirven de resguardo y protección a muchas otras especies de animales, permitiendo su supervivencia. Las formas de congregación de las especies coralinas son diversas y pueden dar lugar a diferentes hábitats marinos como los arrecifes, algunos con grandes dimensiones y con amplio rango de profundidades y que pueden albergan cuantiosas especies de seres vivos, o los llamados coralígenos, que albergan gran variedad de corales (gorgonias como Paramuricea clavata, coral rojo u Corallium rubrum, entre otros) correspondiendo por lo tanto a lugares muy biodiversos, que suministran alimento a otras especies, de esta manera contribuyen a mantener el flujo de energía y el equilibrio de las redes tróficas.
Otra importancia de los corales en estos ecosistemas se debe a que funcionan como fijadores e incorporadores de sedimentos, producen carbonato de calcio y también son sustratos para la colonización de otras especies, o sitios ideales para la puesta de huevos.
Además los corales también conviven como comunidades coloniales y en asociación simbiótica con otros seres vivos, recibiendo nutrimentos a cambio de su protección, como ejemplo característico de estas relaciones se encuentran algunas algas, las cuales les proporcionan a estos cnidarios azúcares y nitrógeno, así se han descrito uniones de algas zoantelas con especies como la madrépora mediterránea o Cladocora caespitosa, también con el coral dedo Madracis pharensis, entre otros.
Los corales como protectores de las regiones costeras
Las zonas costeras con formaciones de arrecifes de coral resultan resguardadas o protegidas por la función importante que ellos cumplen como disipadores de energía, ya que se encargan tanto de absorber como de disipar la energía de las olas, mientras ellas chocan con sus estructuras coralinas. Esta función tiene relevancia durante tormentas fuertes y huracanes, ya que estos invertebrados al reducir el impacto de las olas en la costa, disminuyen los daños ocasionados durante estos eventos meteorológicos, pero esta protección varía en las diferentes zonas, dependiendo de la geografía y en base a las características morfológicas de los corales, (altura, rugosidad, ubicación, entre otros aspectos).
Además de esto, la importancia de los corales como protectores costeros también radica en que modifican el curso del transporte de sedimentos, atrapando gran parte de esto y evitando o disminuyendo con ello los procesos de erosión.
Lo anteriormente planteado se ha evidenciado en diversas ocasiones, una de ellas fue en el año 2005, en el Puerto Morelos (México), con el huracán Wilma, en donde gracias a la presencia del arrecife de coral se logró disipar aproximadamente un 90% de la energía y el impacto fue menor, en comparación con zonas que carecían de estas estructuras coralinas. Esto demuestra la protección que brindan estos cnidarios frente a tormentas, lo que se traduce a su vez en menores gastos económicos.
Importancia de los corales desde el punto de vista terapéutico
Algunos cnidarios, entre ellos los corales (principalmente los blandos), poseen relevancia a nivel farmacológico, ya que se han podido aislar algunas sustancias con propiedades terapéuticas. La importancia de los corales en este aspecto resulta de diversos compuestos, como los terpenoides, con efectos antiflamatorios, antitumorales, con actividad frente a células cancerosas en algunos cánceres, como el de mama y el de pulmón. También existen sustancias efectivas con capacidad antimalárica, antituberculosa y en casos de úlceras gástricas.
Otros compuestos aislados de los corales son importantes bloqueadores de la entrada de virus como el de la inmunodeficiencia humana o VIH a las células T, por lo que también se posicionan como futuros fármacos antirretroirales.
La importancia de los corales a nivel médico también resalta por el potencial antipirético que poseen algunos de sus aislados, es el caso de moléculas como la pseudopterosina, eleutherobina o sacordictina, las cuales se encuentran actualmente en estudios clínicos.
Algunos peligros que corren los corales
Aunque los corales han existido desde hace bastante tiempo, son sensibles a algunos cambios y disturbios ambientales, algunos naturales como las tormentas, las fluctuaciones en el nivel del mar, los incrementos de temperatura, entre otros por causas antropogénicas (pesca, extracción, contaminación, calentamiento). A pesar de la importancia de los corales, estas causas les generan diversos problemas y algunos de los ecosistemas donde se encuentran están siendo bastante afectados, llegando incluso ciertos especímenes a estar en peligro de extinción.
Las causas mencionadas dejan a los corales más propensos a las enfermedades, al blanqueamiento, la proliferación de algas dañinas o la erosión. Entre las enfermedades que atacan a los corales se han identificado a nivel mundial aproximadamente 18 de ellas, entre las que destacan: aspergilosis, puntos negros, viruela blanca, entre otras, de las cuales no se ha podido identificar el agente causal en todas, en algunas se han identificado principalmente bacterias, hongos, protozoarios, pero también otros como crustáceos y nematodos.
Autores consultados
Aguilar, R. (2007).
Alva-Basurto, J.; Arias-González, J. (2015).
Álvarez, L. (2015).
Bowdery, C.; Vance, C.; Rodríguez, H.; Speights, E.; Xu, A.; Yeh, S. (2014).
González, C. (2010).
Lazcano, J.; Salazar, Z.; González-Márquez, H. (2020).
Secaira, F.; Reguero, B.; Acevedo, C. (2017).
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