Índice de este artículo
Los tiburones son animales vertebrados acuáticos que siempre han fastinado la atención de los humanos, quizás por la asombrante morfología que presentan muchos ejemplares o por el hecho de ser un animal temido por el hombre. Generalmente hablar de un tiburón lo primero que se nos viene a la imaginación es su gran potencial depredador que puede atacar a las personas, de hecho las agresiones por estos peces cartilaginosos han sido reiteradas, produciendo lesiones relacionadas con amputaciones de extremidades o, en el peor de los casos, la propia muerte.
El cine también los ha dedicado especial atención promoviendo aún más la peligrosidad que pueden mostrar ciertas especies de tiburones, aunque la realidad es que no todos son agresivos, ya que muchos no atacan al hombre, incluso existen especies muy pequeñas que solo llegan a alcanzar tan solo los 20 a 25 cm de longitud, como es el caso del tiburón linterna, Etmopterus perryi, o el tiburón gato pigmeo, Eridacnis radcliffei.
Los tiburones aparecieron en la Tierra hace más de 400 años, uno de los más conocidos en el Devónico comprende el género de los Cladoselache, tiburones que pudieron alcanzar sobre los dos metros de longitud. Sin duda, el Carcharodon megalodon, surgido en el Cenozoico es la especie de tiburón blanco más grande que pudo haber existido, incluso algunos zoólogos estiman que pudo llegar a medir más de 25 metros de longitud, aunque sin duda se trataba de un tiburón gigante, no existen restos fósiles que puedan avalar con seguridad estas afirmaciones.
Características ¿Cómo son los tiburones?
Una de sus principales características es la presencia de un esqueleto cartilaginoso, por lo que tradicionalmente se los clasifica en el grupo de los Condrictios, si bien se han registrado más de 300 especies, que varían considerablemente tanto en su morfología, hábitos o la alimentación.
Un rasgo significativo de los tiburones es su potente mandíbula en el que el maxilar superior no se suelda con el cráneo, su unión es a través de cartílagos y tejidos, lo que le permite abrir ampliamente la mandíbula. Su oído está muy desarrollado permitiendo al tiburón oir sonidos a muy baja frecuencia, incluso inapreciables para el ser humano. Igualmente cuentan con el órgano de los sentidos denominado “línea lateral” que les facilita detectar aquellos animales los cuales depreda. La vista es un órgano también desarrollado, de hecho los tiburones mantienen una buena visión en el medio acuático incluso en horas crepusculares o por las noches.
Un medio de localización de presas es también por las fosas nasales presente debajo del hocico, esa la razón por la que pueden detectar sangren y seguir el rastro de animales con mayor facilidad. En lo relacionado con su inteligencia, su estudio en estado salvaje no está muy documentado, aunque las especies exploradas en cautividad se ha sugerido que cuentan con buena inteligencia, incluso superior a otros grupos de peces.
En lo relacionado a su morfología, sorprende la variedad existente en la actualidad. Desde las tradicionales formas fusiformes, con su popular aleta dorsal que sobresale del agua, la boca subterminal y las aberturas branquiales laterales, a aquellos menos conocidos como es el caso del tiburón globo y la facilidad que tiene de hincharse de aire, como medio de defensa frente a sus depredadores; especies aplanadas que se asemejan más a una raya; tiburones rechonchos como es el caso del tiburón nodriza; ciertas formas aberrantes como el tiburón sierra o aquellos con presencia de prolongaciones cefálicas laterales, nos referimos al tiburón martillo.
Alimentación
Los tiburones son peces cartilaginosos carnívoros que se alimentan de una gran variedad de animales, todo ello depende de la especie en cuestión. Entre sus fuentes principales de alimentación destacan animales invertebrados, otros peces, plancton, incluso los grandes depredadores consumen focas y leones de mar.
Los que se alimentan de plancton e invertebrados son tiburones filtradores, abren la boca acaparando gran cantidad de agua, filtrando el alimento que finalmente es consumido por el animal.
Los tiburones de hábitos depredadores capturan a sus presas rodeándolas en círculos, las golpean con su aleta caudal para aturdirlas y poder apresarlas fácilmente. Otros se lanzan directamente hacia su presa, agarrándola con su potente mandíbula y con reiterados vaivenes comienzan a despedazarla para ulteriormente digerirla.
Algunos grupos trituran las conchas de mosluscos o los exoesqueletos de crustáceos gracias a la adaptación sufrida en la boca y las presencia de dientes especializados para tal fin.
Reproducción de los tiburones
La reproducción se realiza mediante fecundación interna, para ello cuentan con órganos copuladores a diferencia de los peces óseos. El acoplamiento suele producirse mediante el agarre por parte del macho de la aleta pectoral de la hembra o simplemente enroscándose ambos progenitores, con anterioridad suele existir un comportamiento de cortejeo a los efectos de favorecer la cópula. Los hábitos reproductivos se realizan generalmente durante la noche.
Tipos de reproducción
Ovípara: como es el caso del tiburón lija, Scyliorhinus canicula, los huevos se adhieren al sustrato y el embrión se alimenta de las reservas vitalinas.
Ovovivipáros: el desarrollo embrionario y ulterior eclosión se produce mediante huevos presentes en el interior de la madre, aunque sin conexión placentaria, por ejemplo el tiburón blanco, Carcharodon carcharias.
Vivíparos: el embrión de desarrolla en el útero materno gracias a las reservas facilitadas por la propia placenta de la madre, aunque en un proceso que difiere sustancialmente de la reproducción de los mamíferos. Las crías nacen totalmente formadas, por ejemplo el tiburón limón, Negaprion brevirostris.
En ciertas especies, como es el caso del tiburón toro, las crías practican la oofagia, es decir, presentan canibalismo intrauterino, los embriones más fuertes se nutren de los huevos no fecundados o de otros embriones más débiles.
Hábitat y adaptación de los tiburones
Hábitat
Los tiburones habitan en todos los océanos, aunque no están presente en el continente Antártico, ya que prefieren aguas tropicales, salvo ciertas especies como es el caso del tiburón boreal, Somniosus microcephalus, que puede encontrarse en aguas muy frías.
Mayoritariamente el tiburón es un animal marino que vive tanto en zonas costeras como en aguas interiores, no obstantes existe una especie que frecuenta aguas dulces, es el denominado tiburón toro, Carcharhinus leucas.
En cuanto al rango de profundidad es variable según la especie de tiburón, en la mayoría de ocasiones viven en la zona superficial de las aguas marinas o a una profundidad de hasta 200 metros, aunque existen especies abisales como es el caso del tiburón lagarto.
Adaptación
Según el hábitat donde viven su dentadura se ha adaptado para la captura del alimento, por lo que presentan cambios anatómicos importantes, así tenemos:
Tiburones depredadores: presentan dentadura afilada y cortante.
Tiburones filtradores: poseen dientes pequeños y funcionales.
Tiburones bentónicos: su dentadura está adaptada para triturar y machacar el alimento que capturan como los caparazones de invertebrados.
Ataques de tiburones
Si bien existen más de 300 especies, solamente 12 son peligrosas para las personas, Florida destaca por ser el lugar donde más ataques de tiburones se producen en humanos, normalmente a bañistas, pescadores o los que practican deportes arriesgados como el surfing. Entre las especies más temidas y que pueden atacar al hombre destacan el gran tiburón blanco, el tiburón toro y también el tiburón tigre. Los accidentes pueden causar amputaciones de miembros, incluso la muerte dado la fuerza y potente mordedura presente en estos animales.
Clasificación. Ejemplos, tipos de tiburones
La clasificación de los tiburones no es fácil, de hecho, al igual que ocurre con otros grupos de peces, existen cambios y discrepancias, incluso en la propia nomenclatura binominal, sobre todo si se tiene en cuenta que la taxonomía difiere de la tradicional. Aunque existen grupos representativos incluidos en los Elasmobranquios, concretamente dentro de los Selacimorfos, como los órdenes que seguidamente exponemos:
Carchariniformes
Habitan en las plataformas y pueden adquirir formas aberrantes, por ejemplo el popular tiburón martillo, Sphyrna mokarran.
Heterodontiformes
Tiburones bentónicos de formas rechonchas con dentadura trituradora, destacan la presencia de crestas sobre sus ojos a modo de cuernos y la diversidad de manchas oscuras sobre su cuerpo; se les conoce como tiburones suños, un ejemplo lo tenemos en el Heterodontus japonicus o suño japonés.
Hexanquiformes
Presentan seis o siete pares de aletas branquiales y poseen solamente una aleta dorsal, como ejemplo tenemos al tiburón de gorguera, Chlamydoselachus anguineus.
Lamniformes
Son tiburones grandes, los considerados más peligrosos, destacan sus formas fusiformes y la aletea dorsal que emergen por encima del agua, por ejemplo el tiburón blanco o jaquetón, Carcharodon carcharias.
Orectolobiformes
Habitan en zonas costeras o entre la superficie de los mares. Algunos adquieren enormes dimensiones, por ejemplo el tiburón ballena.
Pristoforiformes
Este grupo incluye los famosos tiburones sierra, de morro alargado y dentadura lateral. Son tiburones bentónicos.
Squaliformes
Carecen de aleta anal y poseen espiráculo grande, como es el caso del escualo enano, Squaliolus laticaudus. No representan peligro para el hombre y prefieren aguas profundas. Su cuerpo no llega a alcanzar grandes dimensiones, de hecho la especie mencionada mide sobre los 28 cm de longitud.
Squatiniformes
Presentan formas aplanadas y aletas pectorales y ventrales anchas, en posición horizontal, son similares a las rayas, aunque difieren en la posición de las aberturas branquiales y la propia boca, son los denominados tiburones ángel, como es el caso de la especie Squatina squatina, más conocida como angelote.
Deja una respuesta