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La cola de los mamíferos es la estructura del cuerpo que continúa a la columna vertebral, hacia el extremo posterior del cuerpo. Se trata de un apéndice independiente del torso que corresponde a las vértebras coccígeas y sacras. Esta estructura se encuentra presente en todos los animales cordados, en alguna etapa de sus vidas. Es decir, en la etapa embrionaria todos los vertebrados, incluyendo los mamíferos, presentan una cola post-anal. En algunas especies, esta se degrada y mantiene solo algunas partes vestigiales, que representan el coxis en los mamíferos sin cola.
La cola es una característica exclusiva de los cordados. Esta se trata de una estructura añadida por detrás del tubo digestivo y se originó en los primeros cordados como parte de su sistema motor, pues actúa como una especie de propulsor del agua. La evolución y diversificación de este grupo animal trajo consigo variaciones en cuanto a la composición y función de muchas estructuras, como la cola de los mamíferos.
Esta se ha desarrollado para llevar a cabo funciones muy variadas como defensa, movilidad entre árboles y comunicación. Asimismo, en la mayoría de cuadrúpedos como gatos y perros, la cola tiene una función de contrapeso que les permite mantener el equilibrio al ejecutar dinámicas maniobras. En los mamíferos acuáticos, la cola en forma de aleta funciona como un propulsor esencial que les ayuda a desplazarse en dicho ecosistema.
¿Cuál es la función de la cola de los mamíferos?
Como hemos mencionado, la cola de los mamíferos cumple diversas funciones en las especies de este grupo animal. Cuando pensamos en esta estructura, podemos imaginar desde el batir constante de rumiantes para espantar moscas, hasta la cola de los monos que funciona como un quinto apéndice de desplazamiento. A continuación describimos brevemente algunas de las principales funciones de esta impresionante estructura.
Comunicación
La comunicación es una de las funciones más importante de la cola de los mamíferos. Esto se hace evidente en animales domésticos como perros y gatos, cuyos movimientos pueden expresar diversos mensajes. El movimiento de la cola, así como sus distintas posiciones pueden comunicar una serie de informaciones, como que el animal se siente amenazado, está asertivo, siente agrado o desagrado, y es usada incluso para compartir información sobre el estado sexual de los individuos.
En los venados, la cola es utilizada para advertir a los integrantes de la manada sobre un posible peligro. Cuando un individuo presiente alguna amenaza, emprende la huida con la cola erecta como una señal hacia sus compañeros. Por su parte, el movimiento de la cola de los caballos expresa dolor, estrés y miedo. En esta especie, los machos pueden subir la cola para expresar su estado de excitación.
En los perros, la cola erecta hacia arriba representa un estado de alerta y muchos de sus movimientos, según el sentido, pueden expresar sumisión o dominancia, alegría y confianza, entre muchas otras emociones. Los gatos por su parte, suben la cola y la mantienen firme hacia arriba cuando sienten mucho agrado o felicidad, mientras que para demostrar miedo o disgusto, la conservan abajo. Estos animales son capaces de mover solo el extremo de la cola o desde diversas porciones, lo cual determina el mensaje que desean dar.
Defensa y protección
La protección es una importante función de la cola de los mamíferos. Muchos roedores como ratas y ardillas, usan esta estructura como carnada cuando son acechados por un depredador. Algunas ardillas como Spermophilus beecheyi (ardilla de tierra), son capaces de incrementar el flujo sanguíneo en su cola, con el fin de calentarlas y moverlas rápidamente. Esto intimida y distrae a las serpientes, que perciben a sus presas a través del calor. Algunas ratas tienen autotomía de la cola, es decir, al sentirse amenazadas desprenden dicha estructura para distraer a sus depredadores y salir huyendo.
Otros animales usan sus colas muy peludas para protegerse de las heladas del invierno, como es el caso de los zorros árticos, Vulpes lagopus. Durante los periodos de frío extremo, estos animales evitan la pérdida de calor corporal al acurrucarse y cubrirse con su cola, que se caracteriza por ser musculosa y muy peluda.
Repelente de mosquitos
La cola de los mamíferos ha demostrado ser un eficiente repelente de mosquitos para muchas especies como rumiantes (vacas, búfalos, etc.) y grandes mamíferos que habitan pastizales y sabanas. Los mosquitos hematófagos son capaces de extraer hasta 300 ml de sangre de un mamífero grande, como las vacas.
Gracias al movimiento de la cola, animales como jirafas, caballos, elefantes, cebras e incluso algunos depredadores, ayuda a disminuir las picadas de mosquitos hasta en un 50%. El aire generado por el batido de la cola es parecido a la velocidad de vuelo de los mosquitos, además, esta puede funcionar como un látigo que mata a los insectos que logra golpear.
La cola de los mamíferos acuáticos evolucionó hasta convertirse en una especie de aleta caudal, con funciones homólogas a las aletas de los peces. Esta estructura les permite impulsarse en el agua y dirigir su desplazamiento. Además, estos animales también se comunican a través de movimientos y golpeteos en el agua con dicha estructura. En varias especies de ballenas, las colas tienen marcas y características específicas que permite su identificación.
Equilibrio y desplazamiento
Los mamíferos que se desplazan en cuatro patas usan la cola como una especie de timón que les ayuda a mantener el equilibro y firmeza al desplazarse. Además, en muchos depredadores como los guepardos, la cola les confiere destreza y estabilidad al perseguir a sus presas a gran velocidad.
La cola de los mamíferos arbóreos, como monos, marsupiales, mapaches y varios roedores, se caracteriza por ser prensil. Esta es empleada como una quinta extremidad que les permite desplazarse por las ramas de los árboles con facilidad. Los murciélagos con cola, la usan como un timón que les permite dirigir su vuelo y maniobrar más fácilmente en el aire.
Composición de la cola de los mamíferos
La cola de los mamíferos consta de una serie de vertebras coccígeas. El número de huesos que compone la cola es muy variable entre las especies. El rango estimado de piezas que puede componer esta estructura varía entre 2 y 49. Incluso los animales que no presentan cola, incluyendo a los humanos, tienen entre 2 y 5 vertebras coccígeas que se mantienen dentro del torso y forman el coxis.
El mamífero que presenta un mayor número de vertebras en la cola es el pangolín de cola larga, Phataginus tetradactyla. En estos mamíferos, la cola prensil les permite mantener estabilidad al desplazarse entre los árboles, y representa la única especie de pangolín con esta característica. Por otro lado, la jirafa es el mamífero con la cola más larga en comparación con la longitud de otras especies. En estos animales, la cola puede llegar a medir alrededor de dos metros y medio. Con respecto a la longitud de la cola en relación al cuerpo, los jerbos (roedores de la familia Dipodidae) y el mono araña (Ateles sp.) se llevan los primeros lugares.
Mamíferos sin cola
La mayoría de mamíferos posee colas con características muy variadas. Además, algunas especies han perdido por completo esta estructura o cuentan con una “cola vestigial” compuesta solo de carne y pelos como los osos. Además de los homínidos (gorilas, chimpancés, humanos), otros mamíferos pierden la cola durante su desarrollo embrionario. Entre ellos se encuentran murciélagos de la fruta, simios de la familia Hylobatidae (gibones) y algunos roedores como los capibaras.
Aunque en estos animales la cola se degrada, se conservan entre 2 y 5 vertebras que conforman el coxis, el cual representa el extremo distal de la columna. En este punto se unen una serie de tendones y músculos del suelo pélvico, además de conferir estabilidad mientras el animal o persona se encuentra sentado.
Referencias
- Blumstein, D. T. (2007). Feeling the heat: Ground squirrels heat their tails to discourage rattlesnake attack. Proceedings of the National Academy of Sciences, 104(36), 14177-14178.
- Hickman, C. P, Roberts, L. S., Keen, S. L., Larson, A., I´Anson, H. & Eisenhour, D. J. (2008). Integrated Principles of zoology. New York: McGraw-Hill. 14th Edition.
- Kardong, K. V. (1997). Vertebrates: comparative anatomy, function, evolution. Heinle and Heinle Publishers.
- Matherne, M. E., Cockerill, K., Zhou, Y., Bellamkonda, M., & Hu, D. L. (2018). Mammals repel mosquitoes with their tails. Journal of Experimental Biology, 221(20), jeb178905.
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